jueves, 22 de febrero de 2018

Colombia: A diez años de la masacre de Sucumbió, Ecuador y el conflicto con Venezuela.


Por Tony  López  R. :

El próximo  1 de marzo se cumplirán 10 años de la masacre de Sucumbió en Ecuador, cuando aviones de la  Fuerza Aérea de Estados Unidos al servicio de la CIA, y fuerzas combinadas del ejército y la policía colombiana, dejaron caer a las 12.20 de la madrugada de ese día,  su mortífera carga de horror y muerte sobre el campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, (FARC),  donde pernoctaban unos 40 guerrilleros y varios extranjeros entre ellos tres ciudadanos mexicanos, un australiano, un ecuatoriano y dos italianos, que se encontraban de visita y cuyo objetivo sostener un encuentro con el comandante Raúl Reyes,  miembro del Secretariado de dicha organización guerrillera a cargo de las Relaciones Internacionales, y recibir una propuesta de Paz   que las FARC proponía y  que la  llevarían a un Foro Internacional de la Coordinadora Bolivariana de los Pueblos que se desarrollaba en Quito,  Ecuador,  en esa semana y hacerla llegar al gobierno de Colombia.


El campamento, situado a más de dos kilómetros en profundidad del territorio ecuatoriano, era conocido como el Salón de Protocolo de  las FARC, cuyo objetivo era sostener  encuentros con delegados de fuerzas políticas latinoamericanas y europeas con las cuales las FARC  mantenía relaciones políticas y escogido ese lugar, con el propósito de no someterlos al peligro,  de penetrar en territorio colombiano.

Los resultados arrojaron la muerte de 25 personas entre ellos, 2 mexicanos y un ecuatoriano, masacrados por los misiles que impactaron directamente en dicho campamento y luego de la macabra obra la continuó desarrollando con el desembarco en territorio ecuatoriano de  fuerzas combinadas del ejército y policía, pues algunos heridos como el caso de Raúl Reyes, fue capturado vivo y luego rematado, prueba de ese crimen lo tienen los dirigentes de las FARC y testigo las  guerrilleras y visitantes  que sobrevivieron a la masacre.

La grave violación del derecho internacional, el ataque alevoso, con nocturnidad e indefensión de las víctimas,  lo tipifica como un delito de crimen de guerra  y  de lesa humanidad,  así como la violación de la frontera y bombardeo en territorio de un país limítrofe, sin la debida coordinación e información al país agredido, se agrava como es conocido públicamente con él engaño del presidente Álvaro Uribe Vélez,  al Jefe  de Estado Rafael Correa, este hecho  provocó una grave y tensa situación entre ambas naciones y la ruptura diplomática con Colombia  de Ecuador, Venezuela y Nicaragua.

Los gobiernos de  Estados Unidos y Colombia, al violar la Carta de las Naciones Unidas, y los tratados internacionales sobre hechos de guerra, deben rendir cuenta por este horroroso y vandálico episodio, que aún mantiene   heridas abiertas,  sin que la Justicia Internacional y sobre todo la ecuatoriana, exija juzgamiento, reparación a las víctimas y perdón de los culpables por la humillación a que fue sometido el estado y pueblo ecuatoriano.

Mirado en este espejo y con gran preocupación observamos cómo el gobierno de Estado Unidos, con el apoyo del llamado Grupo de Lima, y el empleado del Departamento de Estado, a cargo de la OEA  Luis Almagro, han preparado la nueva aventura guerrerista y en ejecución del plan intervencionista en la República Bolivariana de Venezuela, a cuyo servicio utiliza el arsenal mediático de Estado Unidos y América Latina y en Europa  especialmente   el diario El País de España, el que publica en el día de hoy 19 de febrero,  una noticia, que nos motivó a recordar en los párrafo arriba mencionado  la masacre de Sucumbió.

En su edición de hoy, el diario El País, caracterizado enemigo del gobierno venezolano, señala que Colombia redobló la lucha contra el Ejército de Liberación Nacional, luego que el “grupo insurgente volvió en enero al conflicto armado” y que por lo tanto  “el Gobierno de Juan Manuel Santos, decidió suspender la mesa de diálogo instalada en Quito Ecuador” dicho en está forma obviamente la insurgencia es la culpable y son los que vuelven al conflicto armado, el Gobierno la víctima y no le queda otra que suspender los diálogos. Para el lector el ELN son los malos. Pero luego de grandes especulaciones sin mostrar ninguna prueba y solo fuentes de las poco creíbles Fuerzas Militares colombianas, abundan las acciones armadas supuestamente del ELN y como dato curioso una de ellas contra una unidad de policía en Barranquilla,  acciones más bien ejecutadas por elementos altamente profesionales y no de una organización cuya práctica de guerra es en la zona rural y no en zonas urbanas.

Pero lo peligroso de este artículo está en la referencia siguiente “el país andino ha intensificado su ofensiva, pero un factor lo complica: Venezuela. Los cabecillas de la guerrilla no solo se refugian al otro lado de la frontera, sobre todo las de los departamentos de Norte de Santander y Arauca, sino que desde allí planean y ordenan ataques en territorio colombiano, según el Gobierno, dificultando así su localización y persecución”.  Refiere el artículo de El País, que hubo llamadas entre los dos Ministros de Defensa de ambos países y que se reunirán en breve para discutir el tema fronterizo y las acusaciones de ambas partes sobre las violaciones a sus territorios.

Lo que es cierto que en la frontera colombo venezolana operan desde hace más de 30 años fuerzas insurgentes del ELN, de las FARC y del EPL en el Perijá, Catatumbo, o sea desde Arauca hasta Cúcuta, pero en los últimos 15 o 20 años las Fuerzas Militares Colombianas, desplegaron en esa frontera, más de 40,000 mil efectivos, para combatir a unos 20 frente guerrilleros de FARC, ELN y EPL, sin mayores resultados, el tema estaba centrado y el objetivo fundamental era y ha sido siempre Venezuela. La prueba está que cuando en entre el 2003 al 2008 se desarrolló la Operación Patriota y el Plan Consolidación, las Fuerzas Militares con el pleno asesoramiento y participación del Comando Sur, desplegaron solamente a 18 mil efectivos, desde los departamento de Guaviare,  Caquetá,  Meta, Putumayo y Nariño  donde se sabía la existencia de los poderosos bloques Oriental y Sur con   unos  45 frentes guerrillero y el establecimiento del Estado Mayor Central y su jefe el comandante Manuel Marulanda Vélez.

Desde aquella época el objetivo era Venezuela, solo la coyuntura política y diplomática en la región  de ese momento no les favorecía, ahora  tampoco resultaría exitosa una aventura, hay una importante  división en los países latinoamericanos y caribeños y no es seguro que tampoco tengan el apoyo de todos los que integran el Grupo de Lima,  Estados Unidos atiza la guerra, pero sabe que una intervención directa puede tener consecuencias muy graves en el plano internacional y económico  con China, Rusia y otros países en Europa. La Casa Blanca  apunta más a desestabilizar internamente al gobierno de Maduro y usar a Colombia para su juego de guerra, pero ojo, puede salirle muy mal al gobierno de Santos Calderón, la crisis económica y  social  interna y el accionar militar de la guerrilla del ELN y los frentes de las FARC que no aceptaron desmovilizare  puede llevarlos a perder el juego. 

Lo que no dice el diario español, es que en esa frontera colombo venezolana, y en buena parte de ella, quienes pelearon y desalojaron algunos frentes del ELN, fue la acción de los paramilitares dirigidos  entre otros por los narco-paramilitares Salvatore Mancuso y Jorge 40, quienes  no solo controlaban  la ruta de la cocaína en la zona,  también el cartel de la Gasolina, el contrabando en La Guajira, que aún se mantiene. Tampoco dicen  que  los paramilitares colombianos formaron grupos de paramilitares venezolanos financiados por grandes terratenientes y ganaderos del Táchira y el Zulia y que hoy están operando actualmente en Venezuela.

Como se sabe en mayo del  2004 fueron detenidos y encarcelados en Venezuela  más de 130 paramilitares colombiano y  la generosa actitud de Chávez a pedido de Uribe los deportó a Colombia donde fueron perdonados.  Estos sujetos tenían un plan,  apoyado por  la oposición venezolana y la mafia cubana de Miami,  se proponían atacar el Palacio de Miraflores y dar muerte al presidente Chávez.

Hoy el ministro de Defensa  colombiano Luis Carlos  Villegas, niega la existencia del accionar paramilitar en Colombia y atribuye el asesinato de más de 50 ex guerrillero y 220 líderes comunales y de izquierda al poco serio argumento de que son  problemas de faldas.

La acusación que públicamente hace hoy el diario El País, en contra del ELN y sugerida sutileza contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, sin mayores aportes ni pruebas de lo que publica, es un campanazo para que  el ELN no se tome como chivo expiatorio para reeditar una nueva masacre como la de Sucumbió.  Los pueblos y líderes sociales y políticos en nuestra región deben denunciar la traicionera conspiración contra el gobierno y pueblo venezolano y un llamado a que reine la paz como aprobó la II cumbre de la CELAC.
(*)  Periodista, politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com

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